• El humo del cigarro contiene más de cuatro mil compuestos químicos que son altamente tóxicos para el organismo de quien fuma y de quienes le rodean
Desde el año 1987, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra cada 31 de mayo el “Día Mundial sin Tabaco”, con el objetivo de señalar los riesgos que implica el consumo de esta planta, originaria de América y cuyo principal principio activo, la nicotina, es causante de adicción.
Cifras de esa organización revelan que anualmente seis millones de personas mueren como resultado del consumo de tabaco, el 10 por ciento de estas muertes se presenta en “fumadores pasivos”, personas que no consumen tabaco sin embargo se encuentran expuestas de manera constante al humo emitido por el consumo de alguien más.
Gerardo Armengol Sánchez, médico de la Jefatura de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Delegación Estado de México Poniente señala que el humo de tabaco contiene más de cuatro mil compuestos químicos, entre los que se encuentran el alquitrán, cadmio, pireno, amoniaco, acetona, cianamida, talio, monóxido de carbono e incluso arsénico, sustancias que además de reforzar la adicción, ocasionan severos daños al organismo.
Explica que la nicotina se distribuye con rapidez en el organismo, llegando al cerebro en aproximadamente diez segundos, después de la inhalación. Lo anterior estimula la producción de adrenalina por las glándulas suprarrenales, provocando una descarga de glucosa que incrementa la presión sanguínea, la respiración y el ritmo cardiaco.
Además de causar una descarga de dopamina en áreas del cerebro que causan el placer y la motivación , una reacción similar a la provocada por otras drogas como la cocaína y la heroína. La adicción al tabaco genera tolerancia a la nicotina, lo que con el tiempo ocasiona que el individuo requiera mayores dosis para causar los efectos antes mencionados, dice el Doctor Armengol Sánchez.
Las consecuencias en la salud se asocian a enfermedades como el cáncer, principalmente en pulmón, boca, faringe, laringe, esófago, estómago, páncreas, riñón, vesicular y cáncer cérvico – uterino, así como enfermedades del sistema respiratorio como bronquitis crónica y enfisema, enfermedades del corazón como deficiencia coronaria e infarto y enfermedades cerebrovasculares como aneurisma, hipertensión y problemas circulatorios.
La exposición involuntaria en niños incrementa la gravedad en los casos de asma y la posibilidad de síndrome de muerte súbita. En el caso concreto de mujeres embarazadas, la exposición al humo de tabaco eleva el riesgo de un parto prematuro y de problemas de desarrollo del feto, incrementando el riesgo de aborto espontáneo.
Los padecimientos que ocasiona el tabaquismo son de carácter crónico, irreversible, incapacitante y mortal, no se hacen evidentes de manera inmediata, pasan muchos años antes de que el fumador comience a registrar signos del padecimiento, frecuentemente acuden a los servicios de salud cuando ya es demasiado tarde.
Aseguró que el tabaco ocasiona deterioro en la calidad de vida de los fumadores y de su familia, así como la pérdida de años potenciales de vida saludable, incidiendo en la disminución de la productividad, el incremento de ausentismo laboral, y el uso de servicios de salud en un padecimiento que pudo prevenirse.
El médico del Seguro Social Estado de México Poniente recomienda a las personas que desean abandonar el hábito nocivo de fumar, practicar respiraciones profundas durante el día, la inhalación y exhalación de aire por nariz y boca relaja y ayuda a purificar los pulmones, además de beber por lo menos cuatro vasos de agua natural para ayudar a la eliminación de la nicotina, realizar ejercicio aeróbico que vigoriza el corazón y proporciona una sensación de bienestar.
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