La mayoría de las personas experimentamos en todas las etapas de la vida el anhelo de ser mayores. Cuando somos niños deseamos ser grandes para jugar y divertirse, en la adolescencia existe una prisa inmensa por enamorarse, experimentar cosas nuevas e independizarse y en la adultez lo único que importa es la estabilidad emocional, económica y tranquilidad.
Muchas veces las etapas de transición del desarrollo humano no se perciben a primera vista, solo cuando nuestros comportamientos, actitudes y el modo de resolver los problemas y enfrentarlos, delatan nuestra verdadera edad.
¿Te estás convirtiendo en una señora? Estas 10 señales compartidas en Vix. te dicen si es así:
1.- Evito los lugares caóticos
Los lugares como discotecas o bares con música muy alta, no te agradan como antes, lo importante es platicar a gusto y convivir con tus amigos. Algunas veces puedes estar un rato, sin embargo, cuando tienes la oportunidad de marcharte no dices ni adiós. Por lo regular te gustan las reuniones en casas y jugar juegos de mesa.
2.- Siempre llevas un suéter
Tu intuición no te falla, siempre llevas un suéter o chamarra a todos lados. Antes soportabas morirte de frío para evitar cargar prendas estorbosas y pesadas. Ahora prefieres prevenirle antes de enfermarte de un resfriado, sin importar cuánto cargues.
3.- Tu lugar favorito son las tiendas de muebles y decoración
Cuando tienes una familia y disfrutas de tener tu propia casa, las tiendas de decoración y muebles son los lugares que más te gustan visitar. Se desarrolla tu creatividad al conocer ideas innovadoras, incluso descubres nuevas habilidades para ahorrar dinero creando tus propios espacios.
4.- Ropa y zapatos cómodos
Antes utilizabas pantalones o blusas muy ajustadas para resaltar tu figura, elegías ropa interior muy sexy, pero en ocasiones incomoda, incluso no dejabas de ponerte los zapatos de tacón todo el tiempo.
Ahora la comodidad es tu prioridad, has aprendido que la ropa en la que te sientes libre, con movilidad y que no te aprieta, es la que te hace lucir bella. No dejas de usar las zapatillas, pero por lo regular siempre llevas contigo unos zapatos bajos o sandalias para usarlos cuando te cansas.
5.- Cuidas tu piel
Algunas veces no le dabas importancia en aplicar bloqueador solar, lociones refrescantes y cremas para prevenir las arrugas del rostro. Ahora el cuidado de tu piel es una prioridad, sabes que es una excelente inversión y que te ayudará a lucir hermosa, por lo regular compras maquillajes, mascarillas y productos para humectar la piel.
6.- No reconoces a nuevos artistas
Cada mes un nuevo artista se hace famoso, así que es complicado reconocer a los nuevos talentos, a menos que convivas con un adolescente. De preferencia sigues escuchando la misma música de tu juventud, esa que te hace recordar tu vida escolar, amores pasados y aventuras.
7.- Te emocionan las ofertas
Cuando éramos jóvenes o adolescentes, viviendo en casa de nuestros padres, era complicado valorar el dinero y el esfuerzo que se requiere para obtener productos que satisfacían nuestras necesidades, por el simple hecho de no pagarlos.
Ahora posiblemente eres independiente, por ello, estas muy alerta a los precios y ofertas de los productos, con el fin de ahorrar y economizar.
8.- Los fines de semana cambiaron
Desde el viernes por la mañana comenzabas a realizar planes para disfrutar un increíble fin de semana. Ahora tus fines son planeados para descansar, convivir con la pareja y los hijos, ver una película o ir a comer a algún restaurante para no tener que cocinar. También para realizar todas los quehaceres del hogar e ir al supermercado.
9.- La apariencia de tu cabello
Antes experimentabas diferentes estilos en la apariencia de tu cabello, no te importaba teñirlo de mil colores, incluso cortarlo. Ahora comienzas a observar que pueden aparecer algunas canas dispersas y prefieres cubrirlas de inmediato. El champú, tratamientos y acondicionadores son los primeros en tu lista del supermercado.
El psicoanalista Guillermo Julio Montero, afirma que las personas que no aceptan su adultez, por lo regular sufren depresión o la sensación de vacío. Por ello, aceptar que ya no somos jóvenes es fundamental para poder disfrutar y encontrar la felicidad en nuestra vida.
Con información de: familias.com
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